viernes, 20 de febrero de 2015

Espionaje: otra vez Chile





Por : Miguel Ángel Rodríguez Mackay
El Perú ha sido remecido por un nuevo caso de espionaje en favor de Chile, donde tres miembros de nuestra Marina estarían muy comprometidos.

Quienes estamos vinculados a asuntos de defensa nacional en el fondo no deberíamos sorprendernos. Lamentablemente, el espionaje es una práctica ilícita de data ancestral que colude contra la moral internacional de los Estados llamados a mantener un relacionamiento sincerado con los demás miembros de la comunidad internacional.
El espionaje, aunque hondamente censurable, sucede y no podemos ocultarlo sino recordemos el caso de Ángela Merkel, canciller de Alemania, que hace pocos meses habría sido espiada por los servicios secretos estadounidenses. Tampoco estamos diciendo que sea una práctica aceptada. Nunca lo será pues el espionaje impacta negativamente en la confianza interestatal porque grafica penosamente la inconducta manifiesta de los Estados que destruye la confianza.
Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿Por qué Chile —repetidas veces— y no, por ejemplo, Brasil, Uruguay o Colombia? Tampoco nos engañemos. Con Chile, a la luz de la guerra de 1879, muchas heridas quedaron abiertas; sin embargo, nuestras autoridades dicen que ya todo fue curado y no es verdad.

En realidad el Perú las ha cerrado todas, pero Chile parece que aún no. Nos preocupamos para que las vinculaciones económicas no se vean perjudicadas y eso me parece sensato, pero no podemos dejar de alzar la voz y exigir del gobierno de Michelle Bachelet una explicación satisfactoria, que por cierto nunca tuvimos en el caso Ariza. Ya está en el nivel más alto, pues Humala convocó rápidamente a Toledo y García.
Eso significa que deberíamos esperar una respuesta en Chile desde ese único nivel y los inculpados, si son demostradamente espías, deben ser condenados con el rigor de la ley. No nos peleemos con Chile, pero seamos firmes en nuestro requerimiento.
Correo, 20.02.2015


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